Capítulo 50.

-Aitana: Ay... -dice mientras resopla-
-Sergio: Si no te merecía, no estés mal, tranquila.
*Después de unos minutos animándola, se seca las lágrimas*
-Aitana: Gracias, de verdad, sois los mejores.
-Nuria: No se dan, cielo.
*Nos abrazamos.
Llaman a la puerta y yo extrañada miro el reloj. Son las 00:30.
Abre Sergio, es Mario.
Pasa sin saludar a nadie y directamente se va con Aitana...*
-Aitana: ¿Qué haces aquí?
-Mario: ¿No puedo venir?
-Aitana: Vete.
-Mario: Escúchame Aitana...
-Aitana: No, no tengo nada que escuchar. O te vas o me voy.
-Mario: ESCÚCHAME PRIMERO.
-Aitana: NO ME GRITES, Y SI NO QUIERO ESCUCHARTE NO LO HAGO, YA HE VISTO TODO LO QUE TENÍA QUE VER ANTES. AHORA DÉJAME, Y VETE.
-Mario: Todo lo que has visto, en realidad no es como tú crees.
-Aitana: ¿Ah no? ¿Me vas a decir a mí que no os estabais besando mientras que yo he ido al baño? ¿Me vas a decir a mí que esa chica no era tu novia mientras estabas conmigo al mismo tiempo?
*Mario no dice nada, sólo se echa las manos a la cabeza.
Aitana está a punto de llorar otra vez*
-Sergio: Mario, vete por favor.
-Mario: ¿Que me vaya?
-Sergio: Sí, es mi casa y te vas ya mismo de aquí.
*Mario mira mal a Sergio*
-Yo: Ehh guapo, las miraditas sobran...
-Sergio: Mario, adiós -dice mientras le empuja hasta llegar a la puerta-
-Mario: Ya nos veremos... Adiós.
*Mario se va, y cómo no, Aitana vuelve a llorar*
-Diego: Esta mañana la otra y esta noche el otro, qué asco.
-Nuria: Ya ves.
*Aitana no para, por lo que decide irse*
-Aitana: Me voy, luego nos vemos.
-Yo: ¿Dónde vas?
-Aitana: A dar una vuelta.
-Yo: Vale, ten cuidado...
*Me acerco a ella, le doy un beso en la mejilla y se va*
-Yo: Nuria, ¿tú sabías que Mario tenía novia mientras estaba con Aitana?
-Nuria: No, no sabía nada.
-Diego: Lo malo es que Mario y Aitana son de Valencia, los dos, entonces... buah.
-Sergio: Pues ya ves qué gracia...
-Diego: Ninguna... -se ríe-
-Sergio: Oooh, ¿no me digas? -se ríe también-
-Nuria: Qué par...
-Diego: Bueno va, ¿os apetece dar una vuelta?
-Nuria: Venga vale.
*Sergio y yo asentimos y salimos.
Íbamos andando muy tranquilos, cuando veo que Nuria se para*
-Yo: Nuria, cielo, ¿qué pasa?
-Nuria: ¿Esa no es...? No, no puede ser.
-Diego: ¿Quién?