miércoles, 30 de julio de 2014

Capítulo 31.

Yo seguía andando, sola, pensando... no tenía rumbo. Estuve caminando casi una hora, y decidí sentarme en el césped de un parque que había cerca.
Son las 12.
Estuve hablando por WhatsApp, mirando Twitter... y de repente me llama Sergio, no sabía si cogerlo o no; opté por no cogérselo, pero llamó de nuevo y se lo cogí.
~Conversación teléfonica:~
-Yo: ¿Quién?
-Sergio: María...
-Yo: ¿Qué quieres Sergio?
-Sergio: Decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que te echo de menos, y lo mucho que me haces falta para sonreír...
-Yo: Pf, no tengo ganas de hablar.
-Sergio: Te entiendo, pero entiéndeme a mí también, por favor, estoy mal también.
-Yo: Ya, yo estoy peor, ¿no crees?
-Sergio: No me quedo muy atrás.
-Yo: Fue error tuyo, no mío, las consecuencias son estas, lo siento, no tengo ganas de hablar, adiós.
-Sergio: Adiós... te quiero -susurró-
*Escuché eso último y colgué*
-Yo: Yo también... -susurro-
Decidí irme a casa, eran las 12 y media, y ya llevaba 2 horas fuera.
Cuando llegué, Aitana me dio dos besos.
-Aitana: ¿Dónde te habías metido?
-Yo: Había salido a dar una vuelta, lo pone en la nota que os he dejado.
-Aitana: Hombre, ya lo sé.
-Yo: Hombre no, mujer.
*Nos reímos*
Estuvimos en mi habitación hablando, jugando con Adri y Hugo, hasta que mi madre nos llamó para comer.
Yo estaba muy desanimada durante la comida, y mi madre lo notó.
-Lorena: María, ¿qué pasa, cielo?
-Yo: Nada...
-Lorena: Venga, dime qué pasa.
-Yo: Mamá, que no me pasa nada, en serio, estoy bien -mentí-
-Lorena: Bueno, está bien, pero alegra esa cara.
Lo intenté, pero no pude más de 5 minutos.
Cuando terminamos de comer, me subí a mi cuarto y me eché la siesta hasta las 5 y media, la verdad que lo único que necesitaba era dormir.
Bajé abajo y estaba Aitana viendo la tele, me senté a su lado en el sofá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario